Inundaciones y escasez de agua el problema de la Ciudad de México

El error histórico en la fundación de la Ciudad de México.

"Que se asentará aquí la ciudad es un gran error. Si uno se remonta a la época de la conquista, se dará cuenta que fue una razón, que ayudó a aplastar a la cultura azteca, porque la ciudad está sujeta a inundaciones. La laguna, en el momento que llueve, busca sus niveles y condiciones normales. Es una lucha antinatural, pero ya estamos aquí y la gran contradicción es que la ciudad tiene un problema grave en materia de abastecimiento y otro gravísimo de desalojo de agua de lluvia para evitar inundaciones", comenta Ramón Aguirre, director del Sistema de Aguas de la Ciudad de México.

Es inconcebible que aquí, donde nos estamos ahogando en lluvia e inundando, al mismo tiempo nos estamos quedando sin agua para beber.

Escasez en la Abundancia

Es irónico que el Valle de México sufra un problema de escasez en su zona urbana a pesar de estar rodeado por 60 montañas, de las cuales 20 son volcanes que producen agua de deshielo; de estar nutrido por 45 ríos, 14 perennes (es decir, alimentados por manantiales, agua de nieve, y no sólo por la lluvia), y de tener, debajo de la cubierta urbana, un reservorio natural de agua que puede llegar a una profundidad de 1000 metros (en la actualidad existen 3 000 pozos que extraen agua a 450 metros de profundidad).

Entonces... ¿Por qué hay un problema de abastecimiento?

El problema principal radica en que la mayoría de esa agua simplemente se desaprovecha al conducirse de manera directa hacia el sistema de drenaje.

En enero de 2009 se anunciaron las primeras medidas emergentes ante la escasez de agua potable en los sistemas de abastecimiento del Valle de México. Ese año fue el cierre del Cutzamala por los bajos niveles en sus reservas, esto afectó a más de cinco millones de habitantes en el Valle de México.

El Desabasto y otros Problemas

Los problemas no son sólo de desabasto. Hay que considerar colapsos como los cierres de pozos, encuentros de agua fósil, contaminación de acuíferos y los ya mencionados hundimientos. En 1910, México se encontraba 1.90 metros arriba del lago de Texcoco. Ahora está 10 metros abajo y el hundimiento sigue a razón de 10 centímetros anuales en promedio, e incluso podría alcanzar 40.

Una Lucha Contra la Naturaleza

Cuentan las crónicas recogidas tras la conquista que en Cuitláhuac (hoy Tláhuac, en la Ciudad de México) los agoreros y adivinos, que presagiaban el porvenir mirando las estrellas reflejadas en algunas pozas de la región, advirtieron al emperador de Tenochtitlan sobre la caída de su reino frente a los hombres blancos y barbados que iban en camino, y este los mandó matar. El agua presagió la conquista y después sería un medio para consumarla: es parte indisoluble de la historia del Valle de México y de esa permanente lucha por convivir con ella.

Incluso hoy, en el sur de la Ciudad, la resistencia comunitaria ha permitido que la cultura lacustre se mantenga en ciertos puntos, cada vez más reducidos, de Chalco, Xochimilco y Tláhuac, donde todavía las casas dan a una calzada por un lado y por otro salen a los mínimos restos del lago, donde sus habitantes aún se trasladan con canoas, siembran en chinampas y conviven con la flora y fauna originarias, siguiendo una tradición milenaria.

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